Toda la información aqui vertida es de uso exclusivo de los miembros del Grupo Parroquial y se hace con el fin de dar a conocer a la sociedad de los trabajos desarrollados a favor de preservar nuestras Tradiciones y Costumbres heredadas de Padres a Hijos y son para acercarnos como familia, sociedad y como pueblo a nuestro Padre Celestial y a su hijo Nuestro Señor Jesucristo.
La información puede utilizarse respetando el sentido original y no puede alterarse ya que se harían acreedores las sanciones que la ley establece.
Utilicemos estos mensajes para ser mejores como seres humanos con nuestros semejantes y asi seremos agradables a los ojos de Dios.
Que Jesucristo Nuestro Señor se quede con ustedes
El Comité de Trabajos Cuaresmales del Grupo
Parroquial Hermandad del Santo Entierro de Comala, A.C.
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![]() REZO DE ONCE CORRESPONDIENTE AL PRIMER VIERNES DE CUARESMA 11 DE MARZO DE 2011 TEMA DE REFLEXIÓN: “LA DENUNCIA” RESPONSABLE DEL GRUPO DE TRABAJO PARA LOS ADORNOS DEL ALTAR MAYOR SR. JOSÉ GONZÁLEZ VELÁZQUEZ JEFE DE SECTOR O PRIMER VIERNES SR. BENJAMIN GONZÁLEZ VILLUELAS 2º AL MANDO COMALA, COL., CUARESMA 2011 PRIMER VIERNES DE CUARESMA TEMA “LA DENUNCIA”
INTRODUCCIÓN: DE PIE ¡Buenos Días! Que la Gracia, la Paz y la Misericordia de Dios Padre Todo Poderoso y de Jesucristo Nuestro Señor, esté con todos nosotros. Todos Y Con Su Espíritu Guía: Nos hemos reunido esta mañana para Honrar y Glorificar la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo; que la presencia del Espíritu Santo y la Santísima Virgen María nos ayuden a profundizar en esta meditación del “Rezo de Once” con el tema del primer viernes de cuaresma correspondiente a “LA DENUNCIA” para Honra y Gloria del Padre y bien de todos nosotros. Así sea. Todos: Amen Guía: En el Nombre del Padre, Del Hijo y del Espíritu Santo Todos: Amen… SENTADOS
(Canto de polifonía) PRIMERA CONSIDERACION ¡Son ya las once del día, prepara mares de lágrimas para llorar!
¡Oh! caídas, ¡Oh! pecados de pensamientos, ¿cual es vuestra crueldad y tiranía?
ACTO DE CONTRICION ¡Oh Jesús dulcísimo! ¡Qué espectáculo ha pasado?,… ¿es posible amor mío que yo sea tan malo?... ¿es posible que me creaste y nací para servirte, y cuando sólo había de tener entendimiento para conocerte, voluntad sólo para amarte, con el desvarío de mis malos pensamientos, corriendo con tanta ligereza, que parece que sólo había sido criado para injuriarte, sólo había nacido para ofenderte, yo Dios mío, merezco esos dolores, afrentas e ignominias, pues son mis culpas quién las ha causado. ¡Ea dulce bien mío, padre de misericordia, levántate de esa lastimosa caída, mis lágrimas y dolor que tengo de haber pecado me sirvan para amarte, servirte y agradecerte hasta la muerte.!.. De pie. CREDO. Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso; Creador del Cielo y de la tierra; de todo lo visible y lo invisible; creo en un solo Señor Jesucristo; Hijo único de Dios; nacido del Padre antes de todos los siglos; Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo; se encarnó de María La Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilatos; padeció y fue sepultado, resucitó al tercer día según las escrituras, subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre y de nuevo vendrá con gloria a juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló con los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, Santa, Católica y Apostólica; confieso que hay un solo bautismo, para el perdón de los pecados; espero la resurrección de los muertos y de la vida del mundo futuro. Amén. PRENDIMIENTO DE JESUS (Lectura del Evangelio del Apóstol San Mateo 26, versículos 51-56) PALABRA DEL SEÑOR
De hecho hubiera sido contrario al misterio de la redención, en que Él mismo que había venido para morir por todos; se hubiera opuesto a que sus enemigos le aprendieran.
Observa en los discípulos la fragilidad humana. En el ardor de la fe se habían declarado dispuestos a morir por El. Ahora, dominados por la cobardía y el temor, huyen. ¡Cuántas veces imitamos la conducta de los Apóstoles! En los momentos de fervor prometemos grandes cosas, pero pronto, por olvido, por cobardía, olvidamos nuestras promesas.
“PERDONA A TU PUEBLO SEÑOR”
SENTADOS:
SEGUNDA CONSIDERACION Llégate, alma devota, a tu amorosísimo Jesús, caído en el suelo por tus culpas, pues ellas fueron los ingratos verdugos que lo arrojaron, ofrécele para que se levante tu corazón lleno de dolor y arrepentimiento y acompáñale en el largo camino que le espera; con esta caída y los golpes que se dio en las piedras y los que le dieron los verdugos, quedó aquel santísimo cuerpo quebrantadísimo, mira cómo va caminando, con mayor flaqueza y temblor, crece la furia de sus enemigos y le dan más fuertes y crueles golpes a tu humildísimo redentor; a quién desde los balcones y ventanas le arrojan aquellas asquerosas aguas profiriéndole muchas injurias. La sentencia que le van pregonando, dictada por tus pecados y ejecutada por la judaica malicia de “Poncio Pilato”, presidente de Jerusalén, quien manda y decreta que sea crucificado Jesús Nazareno por falso profeta, engañador de las gentes, inquietador de las Repúblicas, sembrador de doctrinas falsas, que con pacto con los demonios, obra fingidos milagros, valiéndose para ello de Belcebú, príncipe del infierno; y por tirano usurpador de reinos y traidor a Cesar, emperador de los Romanos… ¿Qué dicen almas cristianas?... ¿Te admiras de ver como corresponde aquel ingrato pueblo a tantos beneficios?... pues pásmate viendo que tú has sido el ingrato que con silenciosas palabras has dictado la sentencia, después de hallarte obligado con tantos beneficios que sabes, has recibido de este mismo Señor a quien has sentenciado. ¡Oh, Dios Santísimo! ¡Oh alma ingratísima! considera la paciencia, afabilidad y modestia del Redentor al oír tan infames injurias, al escuchar las palabras de desprecio; al imaginar que no eres respetado; cómo tu altivez y soberbia te representan que debería ser. Mira como la rabiosa furia y prisa de sus enemigos le hicieron caer por segunda vez, ensanchándose con nuevo dolor y pena todas las heridas antecedentes. ¡Oh caídas! oh culpas de palabras, que tan caro costáis a mi Redentor. Meditación (de rodillas). ACTO DE CONTRICION. Oh inocentísimo Redentor, Jesús Dulcísimo, caído la segunda vez con el peso de la cruz por las repetidas caídas y malas palabras, yo dolorosísimo Señor, he sido la causa de esa tan lastimosa caída; me pesa Dios mío, quisiera tener las lenguas de todas las criaturas para alabarte en satisfacción de lo que con mis pecados te he ofendido; Dios misericordioso, obra tu como quien eres: dad a mi alma un doloroso sentimiento de tus tormentos, que la tenga un día contigo hasta la muerte. Amén. De pié. CREDO: (Puede hacerse dialogado) ¿Creen ustedes en Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y la tierra? - Sí, creo. ¿Creen en Jesucristo su único Hijo y Señor nuestro, que nació de la Virgen María, padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre? - Sí creo ¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? - Sí creo ¡Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Jesucristo nuestro Señor! – Amén EN EL TRIBUNAL DEL SANEDRÍN (Lectura del Evangelio del Apóstol San Mateo 26, Versículos 57- 66) Los que arrestaron a Jesús, lo llevaron a casa de Caifás el sumo sacerdote, donde los escribas y los ancianos estaban reunidos. Pedro lo había seguido desde lejos hasta el palacio del Pontífice, y entrando, se sentó con los criados para ver en qué acababa. Los sumos sacerdotes buscaban un falso testimonio contra Jesús para matarlo. Pero no lo encontraron, aunque se presentaron muchos testigos falsos. Al fin llegaron dos, que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el Templo de Dios, y en tres días reedificarlo. Y el sumo sacerdote levantándose le dijo, ¿Nada respondes a lo que estos atestiguan contra ti? Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: ¡Te juro por Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el hijo de Dios! Le respondió Jesús: Tú lo has dicho. Y les declaro que desde ahora verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Padre, y venir sobre las nubes del cielo. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestidos y dijo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Han oído la blasfemia. ¿Qué les parece? Ellos respondieron ¡Es Reo de muerte! PALABRA DEL SEÑOR Sentados: Reflexión: Jesús callaba... Para enseñarnos a despreciar las calumnias y falsos testimonios, y a dejar sin respuesta a los que hablan contra nosotros, porque muchas veces es mejor callar que defenderse sin provecho. No mientas ni testimonies el falso como Caifás, que hablaba inspirado por la envidia; al contrario, sostén la verdad, aún cuando te costara humillación y sacrificio.
“PERDÓN OH DIOS MIO”
Mira como se ha encontrado en la calle de la amargura con su Madre Santa, que allí le aguardaba para verle… ¿Qué sentirá el corazón de nuestra Señora cuando le vio venir tan lastimado?... Ensangrentado y fatigado. ¿Qué sentiría aquel clementísimo Señor, cuando alzando los ojos se encontró con los de su Madre Santísima que le miraba?… ¿Quién puede explicar aquí el dolor y quebranto de aquellos dos amantes corazones?... Quedó nuestra Señora tan inmóvil con aquella vista que al no haberla asistido la omnipotencia con singularísima providencia, hubiera muerto. El Señor quedó traspasado con la lastimosa vista de su Madre, que suspendió un tanto los pasos, y entonces, impacientes los verdugos de esta detención, tiraron con tanta fuerza y le dieron tan grande empellón, que cayó por tercera vez como muerto y del todo desfallecido sin poderse mover debajo de la cruz. ¡Alma amante!, ve aquí al Hijo santísimo caído delante de su Madre casi muerta; delante de su dulcísimo Hijo. ¡Oh caídas!... ¡Oh culpas de obra!... ¿Cual es vuestro peso?, ¡Pues llega a rendir los hombros de la infinita fortaleza!... Mira como, al punto, irritados con esta tercera caída los ministros le maltrataron mucho más que en las otras y le daban golpes más fuertes, pero todo en vano, porque con los golpes que le daban para que se levantara, le imposibilitaban más hacerlo y aunque nuestro redentor se afanara para levantarse, era tal el temblor de todos sus miembros que flaqueaban y no podían sostener el peso de su cuerpo. ¡Oh infinita fortaleza!... Viendo los ministros la demasiada flaqueza del Salvador, buscaron no por piedad, sino por deseo de que llegara al suplicio, entre toda aquella multitud, uno que le ayudara a levantarse y a llevar la cruz, y no hallaron quien quisiera, hasta que echaron mano de Simón Cirineo, hombre inculto y silvestre que venía del campo, y ni él quería hacer aquel oficio, hasta que lo obligaron y así comenzó a ayudar a Jesús de muy mala gana. ¡Oh dulcísimo Redentor mío, cuan aborrecible es para las criaturas la Cruz que por su amor tomaste!… ¡Como no hay quién quiera ayudarte a llevarla y los que la toman lo hacen de mala gana!… ¡Oh centro de mi vida! ¡Cuántas veces he imitado yo al Cirineo en la repugnancia con que he llevado la Cruz de mi estado! Atiende alma devota, como ayudando el Cirineo a levantar la Cruz, se levantó afligidísimo el Señor y prosiguió su doloroso camino: mira como se multiplican las injusticias, lo llevan más arrastrando que andando, hasta llegar a la falda del Monte Calvario; era la cuesta del monte muy empinada: mira como la comienza a subir sin alcanzar respiración, llevándoselo a cada paso, para atrás el peso de la cruz; si un hombre sano y robusto al subir por una cuesta se fatiga, se le estremecen los miembros, se le pausa la respiración que apenas la alcanza, considera a tu amantísimo redentor; si el dolor no te saca de ti, al contemplar el gravísimo peso de la Cruz, con la infinidad de dolores antecedentes, no se te olvide esta subida, cuando te vieres cansado de tu cruz; mira con cuanta crueldad hacen subir a Jesús con la suya y con cuanta piedad y misericordia la lleva;… por ti llegó en fin a la cumbre del Calvario, en donde descargándoles con dolorosos golpes, y del peso de la cruz, se prepara la crueldad de la tiranía. Tú alma devota, acompaña a tu redentor en esa cumbre el espacio que quisieras, que ya, a mi tibieza faltan voces para explicar el mar inmenso de sus penas. Meditación (de rodillas). ACTO DE CONTRICION: ¡Oh Jesús Santísimo, si yo con mis culpas me he fabricado la eterna cárcel en que he de carecer de la gloria de verte y de gozarte, no me niegues en esta vida el amarte, servirte y alabarte. Manda Dios mío, la sentencia, que bien sé que sabrías mandarla; si pudiera enmendar mi delito, sea glorioso triunfo en tus tormentos mi salvación. Tú eres mi Dios, yo soy tu pobre y miserable criatura, quita lo que yo he hecho con mis culpas, y verás lo que tú formaste con tu omnipotencia y misericordia. Quisiera Señor darte una satisfacción infinita, pero ¿Qué he de hacer?, si todo mi dolor es la medida de mi ser. Eh cordero inmaculado, sacrificado por mi amor, me ablande tu preciosísima sangre; ¡Oh Dios de mi vida quién pudiera quedar clavado en esa cruz para satisfacer a tu voluntad!... Yo, Señor, yo soy quien la merezco, pues mi corazón lleno de vicios es el áspero monte de donde se ha cortado ese dolorosísimo madero. ¡Oh, quien pudiera deshacer mis pesadas culpas y darte con mi dolor y sentimiento tanta honra y gloria como mereces!, vuelve ya Señor, a la casa de tu celestial Padre, al más desconocido pródigo, al más vicioso publicano, la más escandalosa Magdalena; no desprecies, Dios mío mi corazón corto y humillado; tú que sabes convertir las duras piedras en estanques y fuentes aguas dulces... Convierte la durísima peña de mi corazón, en dolorosas lágrimas con que pueda borrar las manchas de mis culpas. ¡Oh, si yo fuera tan dichoso, que al entender como pierdes por mi amor la vida de ese duro leño! Dios mío, que traspasado por esta pena, siempre viva unido a mis hermanos, hasta que llegue la inevitable hora de mi muerte; pase mi alma, como la espero de tu misericordia, a alabarte en la gloria eterna. Amén.
CREDO: (Puede hacerse dialogado) ¿Creen ustedes en Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y la tierra? - Sí, creo. ¿Creen en Jesucristo su único Hijo y Señor nuestro, que nació de la Virgen María, padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre? - Sí creo ¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? - Sí creo ¡Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Jesucristo nuestro Señor! – Amén LA NOCHE DE LOS OPROBIOS (Lectura del Evangelio del Apóstol San Lucas 22 Versículos 63 -65) DE PIE: Los que custodiaban a Jesús se burlaban de Él y le golpeaban; lo cubrieron con un velo y le preguntaban: Adivina quién te pegó, y le decían muchas otras injurias. Palabra de Dios. SENTADOS Reflexiones. Adivina, Cristo: ¿Quién te pegó? Notemos como el evangelio refiere en todos los detalles, los ultrajes inferidos al salvador. No los disimula, sino más bien considera como una gloria y un honor grande el que el sumo Señor del Universo haya soportado por amor nuestro, tratamientos tan indignos. Jesús fue escarnecido, y en los oprobios guardó silencio para darnos ejemplo de paciencia y mansedumbre. El juzgar como gloria las ignominias es fruto de fe, y el recibirlas con ánimo sereno y rostro alegre es prueba suma de virtud; pero era necesario que Dios, asumiendo la naturaleza humana, experimentara en si mismo estas cosas que el mundo odia y rechaza, santificándolas, las hiciera posible y meritorias para nosotros. S. Juan Crisóstomo Las injurias que Jesús padeció en aquella noche se perpetúan en la noche larga de este siglo. Escupen el rostro de Jesús los que desdeñosamente rechazan la presencia de su gracia. Le golpean en la cabeza los que a El anteponen las riquezas y los honores. Le dan bofetadas aquellos que cegados por la perfidia, se obstinan en negar su venida. Imita la paciencia de Jesús en soportar los insultos y todo lo que, en alguna forma pueda herir tu sensibilidad. (Canto de polifonía) o (O EN SU CASO USAR ESTE TERCER CANTO)
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