Toda la información aqui vertida es de uso exclusivo de los miembros del Grupo Parroquial y se hace con el fin de dar a conocer a la sociedad de los trabajos desarrollados a favor de preservar nuestras Tradiciones y Costumbres heredadas de Padres a Hijos y son para acercarnos como familia, sociedad y como pueblo a nuestro Padre Celestial y a su hijo Nuestro Señor Jesucristo.
La información puede utilizarse respetando el sentido original y no puede alterarse ya que se harían acreedores las sanciones que la ley establece.
Utilicemos estos mensajes para ser mejores como seres humanos con nuestros semejantes y asi seremos agradables a los ojos de Dios.
Que Jesucristo Nuestro Señor se quede con ustedes
El Comité de Trabajos Cuaresmales del Grupo
Parroquial Hermandad del Santo Entierro de Comala, A.C.
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REZO DE ONCE CORRESPONDIENTE AL TERCER VIERNES DE CUARESMA 25 DE MARZO DE 2011 TEMA DE REFLEXIÓN: “LAS CAIDAS” RESPONSABLE DEL GRUPO DE TRABAJO PARA LOS ADORNOS DEL ALTAR MAYOR SR. CATARINO VENEGAS SANDOVAL JEFE DE SECTOR O TERCER VIERNES SR. EMILIO ALVAREZ MENDEZ 2º AL MANDO AL ESCUCHAR LA ULTIMA LLAMADA PARA EL REZO; INICIAMOS CON EL CANTO DE INTRODUCCIÓN: DE PIE Guía ¡Buenos Días! Que la gracia, la paz y la misericordia de Dios Padre Todo Poderoso y Jesucristo Nuestro Señor, este con todos nosotros. Todos Y Con Su Espíritu Guía: Nos hemos reunido esta mañana para Honrar y Glorificar la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo; que la presencia del Espíritu Santo y la Santísima Virgen María nos ayuden a profundizar en esta meditación del Rezo de Once con el tema del Tercer Viernes de cuaresma correspondiente a “LAS CAIDAS” para Honra y Gloria del Padre y bien de todos nosotros. Así sea. Todos: Amen Guía: En el nombre del Padre, Del Hijo y del Espíritu Santo Todos: Amén. Personal encargado de la organización y adorno del altar: Sr Catarino Venegas Sandoval Jefe de Viernes y el Sr. Emilio Alvarez Méndez 2º al Mando y .... SENTADOS:
PRIMERA CONSIDERACION ¡Son ya las once del día, prepara mares de lágrimas para llorar! ¡Son ya las once del día,… llégate a la Casa de Poncio Pilatos,… acércate a oír el ruido, gritería y vocerío de los soldados, el estruendo de las armas, y mira el espectáculo más tierno y doloroso que vieron los siglos,… atiende,… cómo después de los azotes que ha recibido tu redentor en su cuerpo, después de tener su cabeza traspasada con espinas, llegan aquellos verdugos, y con palabras crueles, ponen sobre sus hombros el madero de la Cruz. He aquí el inocente Abel a quien la envidia saca al campo para quitarle la vida, al obediente Isaac, que lleva en sus hombros leña al monte donde ha de ser sacrificado,… mira como a golpes y empellones, le hacen salir a andar aquel largo camino,… toma ánimo,… abre los ojos, atiende como va temblando todo el Santísimo Cuerpo; rasgadas y despedazadas sus carnes y desvanecida la cabeza con el dolor de las espinas, con los gritos y falta de sangre, ciega la vista y turbada por la hinchazón de los ojos, abierta la boca Santísima y toda ensangrentada, la violencia con que lo llevaban, que era tanta por el deseo que tenían de acabar de quitarle la vida, que tirando violentamente el que llevaba la soga y empujando los que venían atrás, cayó en tierra tu Redentor y dio con sus rodillas en las piedras. Renovándose a la fuerza del golpe todos los dolores de su cuerpo, ¿conoces a éste hombre?,… ¿Sabes quién es este preso?,… ¿quién le ha puesto en esta figura?,… ¿quién le ha derribado en el suelo tan a pocos pasos con tan lastimosa caída?,… ¿Quién había de ser sino las caídas de los malos pensamientos?, ellos son los cruelísimos verdugos, que con sus desenfrenos, soberbia y altivez han tirado por los suelos a tu Dulcísimo Redentor. ¡Oh! caídas, ¡Oh! pecados de pensamientos, ¿cual es vuestra crueldad y tiranía? (De rodillas), meditamos esta primera consideración... ACTO DE CONTRICIÓN ¡Oh Jesús dulcísimo! ¡Qué espectáculo ha pasado?,… ¿es posible amor mío que yo sea tan malo?... ¿es posible que me creaste y nací para servirte, y cuando sólo había de tener entendimiento para conocerte, voluntad sólo para amarte, con el desvarío de mis malos pensamientos, corriendo con tanta ligereza, que parece que sólo había sido criado para injuriarte, sólo había nacido para ofenderte, yo Dios mío, merezco esos dolores, afrentas e ignominias, pues son mis culpas quién las ha causado. ¡Ea dulce bien mío, padre de misericordia, levántate de esa lastimosa caída, mis lágrimas y dolor que tengo de haber pecado me sirvan para amarte, servirte y agradecerte hasta la muerte.!.. De pie. CREDO: Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso; Creador del Cielo y de la tierra; de todo lo visible y lo invisible; creo en un solo Señor Jesucristo; Hijo único de Dios; nacido del Padre antes de todos los siglos; Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo; se encarnó de María La Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilatos; padeció y fue sepultado, resucitó al tercer día según las escrituras, subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre y de nuevo vendrá con gloria a juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló con los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, Santa, Católica y Apostólica; confieso que hay un solo bautismo, para el perdón de los pecados; espero la resurrección de los muertos y de la vida del mundo futuro. Amén. PRIMERA CAIDA Jesús cae bajo el peso de la Cruz. Del Profeta Isaías 50,6. He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba; no aparté la cara ni de los ultrajes ni de las salivas que me echaban. Palabra de Dios. Y cayó por que le pesaba nuestra carga… Y cayó para que nosotros no nos desanimemos en nuestras caídas. Si nos pesa la vida que llevamos, si caemos, acordémonos que le pesaba a Él nuestra cruz. Llevaba sobre sus hombros nuestros pecados, nuestras incapacidades, nuestras faltas, nuestra impotencia… Todo lo inmundo que poseemos… porque es nuestro hermano, y con nosotros avanza por la vida: Él lleva nuestra vida y nuestras obras, hechas cruz, sobre sus hombros. ¡¡Señor!! ¡Hazme tu yugo suave y tu carga ligera! (Silencio) V: Te Adoramos Cristo y te bendecimos. R: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador. Amén. Sentados
PRIMER CANTO “PERDON SEÑOR HEMOS PECADO” PERDON, SEÑOR, HEMOS PECADO Piedad de mí, ¡oh Dios!, por tu bondad, por tu ternura borra mi pecado. Lávame de mi maldad, y de la culpa mía purifícame. Pues mis pecados yo los reconozco, y mi culpa ante mí siempre está. Contra Ti, contra Ti sólo he pecado y lo malo ante tus ojos he hecho. Así quedarás justo en tu palabra y limpio quedarás en tu juicio. Yo sé que en maldad he nacido y pecador me concibió mi madre. Hazme sentir el gozo y la alegría y exultarán los huesos que rompiste, oculta tu rostro de mi culpa y borra todas mis maldades. SENTADOS: Llégate, alma devota, a tu amorosísimo Jesús, caído en el suelo por tus culpas, pues ellas fueron los ingratos verdugos que lo arrojaron, ofrécele para que se levante tu corazón lleno de dolor y arrepentimiento y acompáñale en el largo camino que le espera; con esta caída y los golpes que se dio en las piedras y los que le dieron los verdugos, quedó aquel santísimo cuerpo quebrantadísimo, mira cómo va caminando, con mayor flaqueza y temblor, crece la furia de sus enemigos y le dan más fuertes y crueles golpes a tu humildísimo redentor; a quién desde los balcones y ventanas le arrojan aquellas asquerosas aguas profiriéndole muchas injurias. La sentencia que le van pregonando, dictada por tus pecados y ejecutada por la judaica malicia de “Poncio Pilatos”, presidente de Jerusalén, quien manda y decreta que sea crucificado Jesús Nazareno por falso profeta, engañador de las gentes, inquietador de las Repúblicas, sembrador de doctrinas falsas, que con pacto con los demonios, obra fingidos milagros, valiéndose para ello de Belcebú, príncipe del infierno; y por tirano usurpador de reinos y traidor a Cesar, emperador de los Romanos… ¿Qué dicen almas cristianas?... ¿Te admiras de ver como corresponde aquel ingrato pueblo a tantos beneficios?... pues pásmate viendo que tú has sido el ingrato que con silenciosas palabras has dictado la sentencia, después de hallarte obligado con tantos beneficios que sabes, has recibido de este mismo Señor a quien has sentenciado. ¡Oh, Dios Santísimo! ¡Oh alma ingratísima! considera la paciencia, afabilidad y modestia del Redentor al oír tan infames injurias, al escuchar las palabras de desprecio; al imaginar que no eres respetado; cómo tu altivez y soberbia te representan que debería ser. Mira como la rabiosa furia y prisa de sus enemigos le hicieron caer por segunda vez, ensanchándose con nuevo dolor y pena todas las heridas antecedentes. ¡Oh caídas! oh culpas de palabras, que tan caro costáis a mi Redentor. Meditación (de rodillas). ACTO DE CONTRICION. Oh inocentísimo Redentor, Jesús Dulcísimo, caído la segunda vez con el peso de la cruz por las repetidas caídas y malas palabras, yo dolorosísimo Señor, he sido la causa de esa tan lastimosa caída; me pesa Dios mío, quisiera tener las lenguas de todas las criaturas para alabarte en satisfacción de lo que con mis pecados te he ofendido; Dios misericordioso, obra tu como quien eres: dad a mi alma un doloroso sentimiento de tus tormentos, que la tenga un día contigo hasta la muerte. Amén. De pié: CREDO: (Puede hacerse dialogado) ¿Creen ustedes en Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y la tierra? - Sí, creo. ¿Creen en Jesucristo su único Hijo y Señor nuestro, que nació de la Virgen María, padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre? - Sí creo ¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? - Sí creo ¡Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Jesucristo nuestro Señor! – Amén SEGUNDA CAIDA Jesús cae por segunda vez. Del Profeta Isaías 53, 4-5. Eran nuestros sufrimientos los que llevaba, nuestros dolores los que le pesaban… Ha sido traspasado por nuestros pecados, desecho por nuestras iniquidades… Palabra de Dios. Humillado, cae a los pies de los soldados. No había venido a ser servido, sino a servir. Abyección de la plebe y oprobio de las gentes… Jesús, pisoteado y escupido, para que nosotros pisoteemos las glorias del mundo, sus pompas y sus vanidades, y nuestros odios, envidias, orgullos y soberbias. Para que seamos humildes y conformes, Jesús, a los pies de los Apóstoles; Jesús, a disposición de todos para que todos le comamos… ¡Y le seguimos pisoteando!... ¡¡Señor!! Tu discípulo no quiere ser más que su maestro… ¡Envíame fracasos y deshonras!... (Silencio) V: Adorémoste, Cristo y te bendecimos. R: Que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mi, pecador SENTADOS (Canto de polifonía) o Yace el divino dueño, segunda vez postrado, deshecho en el pecado, deshecho en contricción, deshecho yo en pecado, deshecho en contricción. Ó SEGUNDO CANTO “PERDÓN OH DIOS MIO” Perdón oh Dios Mío, Perdón e indulgencia Perdón y Clemencia Perdón y Piedad (2) Pequé ya mi alma, Su culpa confiesa, mil veces me pesa, de tanta maldad Mil veces me pesa, de haber obstinado Tu pecho rasgado, ¡Oh suma bondad! Yo fui quien del duro madero inclemente Te puso pendiente con vil impiedad. Por mí en el tormento, tu sangre vertiste Y prenda me diste de amor y humildad. Y yo en recompensa, pecado a pecado La copa he llenado de iniquidad. Más ya arrepentido, te busco lloroso, ¡Oh Padre Amoroso¡ ¡Oh Dios de Bondad!
TERCERA CONSIDERACIÓN Si el dolor lastimoso que hasta aquí has visto, no te ha sacado fuera de ti, acércate alma devota, y ayuda a levantar a tu dulcísimo redentor; dile con íntimos gemidos de tu corazón a esa gente que convierta su crueldad contra ti; que tú mereces esos golpes, injurias y oprobios; que no es a Jesús quien piensan; que aunque le vean en traje de pecador, sepan que es la misma santidad y bondad por esencia a quien el amor y misericordia a los pecadores lo puso en esa figura; que esas caídas no son suyas, sino tus depravados deslices; que descarguen en ti todo su furor y rigor, que desahoguen en ti toda su crueldad y tiranía y mira como habiéndose levantado tu pacientísimo Jesús con grandísimo trabajo, prosigue su doloroso camino con indecible flaqueza. ¡Oye cómo crece el ruido y las blasfemias! Mira como se ha encontrado en la calle de la amargura con su Madre Santa, que allí le aguardaba para verle… ¿Qué sentirá el corazón de nuestra Señora cuando le vio venir tan lastimado?... Ensangrentado y fatigado. ¿Qué sentiría aquel clementísimo Señor, cuando alzando los ojos se encontró con los de su Madre Santísima que le miraba?… ¿Quién puede explicar aquí el dolor y quebranto de aquellos dos amantes corazones?... Quedó nuestra Señora tan inmóvil con aquella vista que al no haberla asistido la omnipotencia con singularísima providencia, hubiera muerto. El Señor quedó traspasado con la lastimosa vista de su Madre, que suspendió un tanto los pasos, y entonces, impacientes los verdugos de esta detención, tiraron con tanta fuerza y le dieron tan grande empellón, que cayó por tercera vez como muerto y del todo desfallecido sin poderse mover debajo de la cruz. ¡Alma amante!, ve aquí al Hijo santísimo caído delante de su Madre casi muerta; delante de su dulcísimo Hijo. ¡Oh caídas!... ¡Oh culpas de obra!... ¿Cual es vuestro peso?, ¡Pues llega a rendir los hombros de la infinita fortaleza!... Mira como, al punto, irritados con esta tercera caída los ministros le maltrataron mucho más que en las otras y le daban golpes más fuertes, pero todo en vano, porque con los golpes que le daban para que se levantara, le imposibilitaban más hacerlo y aunque nuestro redentor se afanara para levantarse, era tal el temblor de todos sus miembros que flaqueaban y no podían sostener el peso de su cuerpo. ¡Oh infinita fortaleza!... Viendo los ministros la demasiada flaqueza del Salvador, buscaron no por piedad, sino por deseo de que llegara al suplicio, entre toda aquella multitud, uno que le ayudara a levantarse y a llevar la cruz, y no hallaron quien quisiera, hasta que echaron mano de Simón Cirineo, hombre inculto y silvestre que venía del campo, y ni él quería hacer aquel oficio, hasta que lo obligaron y así comenzó a ayudar a Jesús de muy mala gana. ¡Oh dulcísimo Redentor mío, cuan aborrecible es para las criaturas la Cruz que por su amor tomaste!… ¡Como no hay quién quiera ayudarte a llevarla y los que la toman lo hacen de mala gana!… ¡Oh centro de mi vida! ¡Cuántas veces he imitado yo al Cirineo en la repugnancia con que he llevado la Cruz de mi estado! Atiende alma devota, como ayudando el Cirineo a levantar la Cruz, se levantó afligidísimo el Señor y prosiguió su doloroso camino: mira como se multiplican las injusticias, lo llevan más arrastrando que andando, hasta llegar a la falda del Monte Calvario; era la cuesta del monte muy empinada: mira como la comienza a subir sin alcanzar respiración, llevándoselo a cada paso, para atrás el peso de la cruz; si un hombre sano y robusto al subir por una cuesta se fatiga, se le estremecen los miembros, se le pausa la respiración que apenas la alcanza, considera a tu amantísimo redentor; si el dolor no te saca de ti, al contemplar el gravísimo peso de la Cruz, con la infinidad de dolores antecedentes, no se te olvide esta subida, cuando te vieres cansado de tu cruz; mira con cuanta crueldad hacen subir a Jesús con la suya y con cuanta piedad y misericordia la lleva;… por ti llegó en fin a la cumbre del Calvario, en donde descargándoles con dolorosos golpes, y del peso de la cruz, se prepara la crueldad de la tiranía. Tú alma devota, acompaña a tu redentor en esa cumbre el espacio que quisieras, que ya, a mi tibieza faltan voces para explicar el mar inmenso de sus penas. Meditación (de rodillas). ACTO DE CONTRICION: ¡Oh Jesús Santísimo, si yo con mis culpas me he fabricado la eterna cárcel en que he de carecer de la gloria de verte y de gozarte, no me niegues en esta vida el amarte, servirte y alabarte. Manda Dios mío, la sentencia, que bien sé que sabrías mandarla; si pudiera enmendar mi delito, sea glorioso triunfo en tus tormentos mi salvación. Tú eres mi Dios, yo soy tu pobre y miserable criatura, quita lo que yo he hecho con mis culpas, y verás lo que tú formaste con tu omnipotencia y misericordia. Quisiera Señor darte una satisfacción infinita, pero ¿Qué he de hacer?, si todo mi dolor es la medida de mi ser. Eh cordero inmaculado, sacrificado por mi amor, me ablande tu preciosísima sangre; ¡Oh Dios de mi vida quién pudiera quedar clavado en esa cruz para satisfacer a tu voluntad!... Yo, Señor, yo soy quien la merezco, pues mi corazón lleno de vicios es el áspero monte de donde se ha cortado ese dolorosísimo madero. ¡Oh, quien pudiera deshacer mis pesadas culpas y darte con mi dolor y sentimiento tanta honra y gloria como mereces!, vuelve ya Señor, a la casa de tu celestial Padre, al más desconocido pródigo, al más vicioso publicano, la más escandalosa Magdalena; no desprecies, Dios mío mi corazón corto y humillado; tú que sabes convertir las duras piedras en estanques y fuentes aguas dulces... Convierte la durísima peña de mi corazón, en dolorosas lágrimas con que pueda borrar las manchas de mis culpas. ¡Oh, si yo fuera tan dichoso, que al entender como pierdes por mi amor la vida de ese duro leño! Dios mío, que traspasado por esta pena, siempre viva unido a mis hermanos, hasta que llegue la inevitable hora de mi muerte; pase mi alma, como la espero de tu misericordia, a alabarte en la gloria eterna. Amén. DE PIE: CREDO: (Puede hacerse dialogado) ¿Creen ustedes en Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y la tierra? - Sí, creo. ¿Creen en Jesucristo su único Hijo y Señor nuestro, que nació de la Virgen María, padeció y murió por nosotros, resucitó y está sentado a la derecha del Padre? - Sí creo ¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? - Sí creo ¡Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Jesucristo nuestro Señor! – Amén TERCERA CAIDA Jesús cae por tercera vez. Del Evangelio de San Mateo 11, 28-29. Vengan a mi todos los que están cansados y oprimidos y yo los aliviaré. Carguen mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Palabra del Señor. Una vez más cae por tierra; y una vez más se incorpora y se levanta para darnos el Señor la lección de heroica perseverancia. Porque el cansancio en el camino de Cristo es de todos y es de siempre; es nuestra enfermedad, nuestra vida; nos cansamos de seguirle, nos cansamos de la virtud… Nos cansamos… Nos aburrimos… Cristo cae y se levanta hasta el fin. Así Señor hasta el fin de nuestra vida, por duro que sea el camino, por largo que sea, siempre levantándonos, siempre… ¡¡Jesús!! Cuando veas que me sumerjo en el fango del pecado, perdiendo la confianza, presa de los vicios y la desesperación… que tus manos me tomen, que tus labios me digan: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudas? (Silencio) V: Adorémoste, Cristo y te bendecimos. R: Que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador Sentados. (Canto de polifonía) o 3er Caida " Al suelo derribado, tercera vez el fuerte, nos alza de la muerte a la inmortal salud. Ó TERCER CANTO
* En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado * El Corazón amoroso de Jesús Sacramentado * Oh, Jesús sacramentado yo te doy mi corazón * Para que estampes en el tu Santísima Pasión Dulce Madre, no te alejes, tu vista de nosotros no apartes, ven con nosotros a todas partes y solos nunca nos dejes, ya que nos proteges tanto como verdadera Madre haz que nos bendiga El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amen Vayamos en paz a vivir con nuestras familias lo que aquí hemos meditado
El próximo viernes meditaremos el Tema de “La Samaritana” “PERDONA A TU PUEBLO SEÑOR”
Perdona a tu pueblo Señor; Perdona a tu pueblo, Perdónale Señor
No estés eternamente enojado; No estés eternamente enojado Perdónale Señor
Por tus profundas llagas, tan crueles; Por tus salivas y por tus hieles Perdónale Señor.
Por tus heridas de pies y manos Por los azotes, tan inhumanos Perdónale Señor.
Por los tres clavos que te clavaron Y Espinas que te punzaron Perdónale Señor.
Por las tres horas de agonía En la que por Madre diste a María Perdónale Señor.
Por la abertura de tu costado No estés eternamente enojado Perdónale Señor.
APRECIABLE AMIGO VISITANTE, DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE LA CELEBRACIÓN DE ESTE REZO, LO ENCONTRARÁS DANDO CLICK AQUI:
http://www.mediafire.com/listen/wj57nfhi2nra6my/Rezo_de_Once_3er_Viernes_Las_Caidas.WAV ![]() |
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